Las matemáticas no mienten

Unibol: Matemáticas Leo en el periódico que, como consecuencia de la promulgación de la Ley de Educación Avelino Siñani – Elizardo Pérez, “los estudiantes de las escuelas superiores para maestros tendrán que aprender cosmovisión, ideología política, descolonización, medicina tradicional y matemática comunitaria” (La Prensa, 22 de diciembre). Llama la atención la última de las disciplinas enumeradas, la “matemática comunitaria”. Lamentablemente, la noticia no abunda sobre las características de esta novísima ciencia. Pero el solo anuncio de su existencia me llena de esperanzas. ¿La razón? Últimamente, más de un ciudadano ingenuo como yo ha estado martirizado por dos problemas matemáticos de imposible solución bajo los parámetros de la ciencia numérica vigente en el planeta; es decir, de la matemática occidental, capitalista y colonizadora, que cree que dos más dos son cuatro.

El primer problema matemático se presentó hace un par de semanas, a la conclusión de la XVI Conferencia sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas realizada en Cancún, la coqueta playa de México. Allí, los representantes de 194 países discutieron medidas para combatir el calentamiento global. Al final, el documento de la Conferencia fue aprobado por 193 votos contra 1. El único voto disidente fue el emitido por el Embajador de Bolivia Pablo Solón. Para la matemática tradicional, 193 es mucho (pero mucho) más que 1. Para los aficionados al fútbol, ese resultado se llama “paliza”; para los comentaristas de asuntos diplomáticos, “papelón”. Pero he aquí el misterio: el Embajador Solón y el Gobierno al que representa saludaron ese resultado como una gran victoria. Quizás la nueva matemática que Bolivia regalará próximamente al mundo pueda explicar por qué 1 es más (pero mucho más) que 193.

Segundo problema. El señor Luis Revilla, actual alcalde de La Paz, cuando era Concejal recibió viáticos por valor de 3.800 Bs.

El Contralor del Estado, Gabriel Herbas, militante del MAS, denunció que el señor Revilla, militante del MSM, no rindió cuentas de esos viáticos adecuadamente, y que por ello debe ser procesado. Entonces, decidieron procesarlo. El juez que se encarga del caso, en la audiencia de medidas cautelares, le fijó una fianza de 100.000 Bs. ¿Qué proporción guarda el monto implicado en el supuesto ilícito con el monto de la fianza? He aquí el segundo misterio. Quizás la nueva matemática boliviana pueda explicarnos como así, digamos, a un señor que debe Bs 3.800 le piden una garantía de 100.000 Bs. sobre ese préstamo. Es decir, por lo menos 25 veces más.

Pero para ser justos, hay que reconocer que en estos días, a cambio de dos problemas matemáticos irresolubles, por fortuna se ha disipado un enigma que también martirizaba a más de uno.

Durante mucho tiempo, el vicepresidente del Estado nos hizo asustar con su teoría del “poder total”. Se suponía que el incontenible copamiento de todos los poderes —el Ejecutivo, el Legislativo, el Judicial, los gobiernos departamentales y locales y un largo etc.— acabaría también copando las almas de los bolivianos.

Sin embargo, los últimos sucesos —la destitución del Gobernador de Tarija, Mario Cossío, la arremetida contra el alcalde de La Paz, Luis Revilla, que se suman a otras cabezas que ya rodaron— permiten pensar que el mentado “poder total” no es un plan ni maquiavélico ni jacobino. El “poder total” es simple y llanamente cuestión de pegas.

Pero en tiempos de Navidad, hay que dar crédito de buena fe. Quizás el “poder total” es, en realidad, la tan reclamada política de creación de empleo del MAS.

La Razón / Rubén Vargas

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