Las grandes editoriales definen la orientación curricular y los contenidos

(La Razón).- Tras la polémica que generó una posible censura a obras consideradas racistas, el Ministro de Educación anunció los planes que se tiene para cambiar la malla curricular de la educación primaria y secundaria. Uno de los proyectos es que el Estado dotará gratuitamente de libros específicos a maestros y alumnos para evitar algún tipo de manipulación de editoras de libros al maestro, quien elige los textos que usarán los estudiantes en su materia en el transcurso del año.


— ¿Qué política educativa se aplicará en torno a la lectura?
— Lo que se establece igual que en cualquier sistema educativo, el conjunto de profesores, profesoras, especialistas recomiendan lecturas que puedan estar dirigidas a fortalecer aspectos que educativamente se consideran pertinentes... No se prohibirá ninguna lectura, se recomendará textos que se consideran adecuados.
Seguramente la literatura contemporánea hará que nos lleve a incorporar textos nuevos y obras literarias de autores recientes que puedan contribuir también al aporte en la formación de nuestros jóvenes.
— ¿Cómo lograrán que los jóvenes lean?
— Estamos impulsando una política de incentivo a la lectura, lo estamos llamando Programa de Incentivo al Estudio, donde uno de los componentes es el tema del incentivo a la lectura.
—¿Entregarán libros gratuitamente?
— Sí, en los textos de asignatura vamos a buscar y avanzar en que sean de acceso gratuito porque uno de los problemas que se ha presentado a través de grandes editoriales es que ellos han orientado las tendencias didácticas en la actividad del profesor a través de agarrar un texto que puede ser muy bien elaborado, muy bueno, pero al regalarle al profesor el paquete de textos y obligarlo a él a que direccione la compra de esos textos por parte de los alumnos, ya están definiendo ellos las orientaciones curriculares y el manejo de ciertos contenidos, lo que se quiere ahora es que no existan mecanismos de direccionamiento, sino que exista orientación y eso implica que se dote por parte del Estado los textos base y que el profesor no tenga la obligación de tener que hacer adquirir esos libros a los papás y mamás.
— ¿Qué libros se recomendarán?
— El nuevo currículo que se va a aprobar con la Ley Avelino Siñani-Elizardo Pérez; dos principios que vamos a trabajar es: no prohibir..., esto  implica que no se puede decidir de manera anticipada por el maestro, por el propio alumno.
El segundo componente que se va a desarrollar es que se va a impulsar la producción del texto educativo por parte del maestro y la utilización del texto desarrollado, orientado de una manera directa a la región...
— ¿Por ejemplo?
— Para incorporar textos de lectura a niños de primaria en  vez de recoger los textos tradicionales o de grandes editoriales que tienen un carácter, de repente,  no contextualizado, se va a motivar para que los niños  puedan junto al profesor recoger por ejemplo relatos de sus abuelitos, de sus mamás y de sus papás que lo traduzcan o lo redacten y que puedan ser utilizados como parte de la lectura.
— ¿También en secundaria?
—Lo que sucede en secundaria es que el joven, desde una óptica bastante pragmática, lee aquello que le pueda agradar y tiene razón... Lo que queremos decir es que es importante que la comisión curricular, los especialistas en literatura que vamos a invitar para poder diseñar la especificidad del currículo con los componentes de bibliografía, textos que van a ser incorporados en ella, deben tener presentes esos componentes; en conclusión, el ministerio no está predefiniendo ningún componente de lecturas o predefiniendo orientaciones, lo que va a hacer es trasladar esta responsabilidad a los especialistas, quienes orientarán desde una óptica de respeto al interés del estudiante, pero también de conocimiento universal para definir qué textos van y los que no vale la pena incorporarlos.