Más que “cueritos” son láminas flexibles de pura fruta que
fueron procesadas en la Facultad de Tecnología de la Universidad Mayor San
Francisco Xavier de Chuquisaca, como una forma de sustituir el consumo de las
golosinas para los escolares.
Los ingenieros Mario Montalvo y Gonzalo Pérez desarrollaron el
proyecto cuyo resultado fue las láminas flexibles de distintas frutas,
enriquecidas con calcio, hierro y vitaminas. “Los productos obtenidos, de
acuerdo a la variedad de fruta, tienen colores y sabores naturales atractivos,
que llegan a ser tan solicitados como las golosinas hechas con azúcar y
colorante”, dice el resumen de resultados entregado en la feria del Premio
Plurinacional de Ciencia y Tecnología, donde el proyecto participó como uno más
de 32 clasificados.
Pérez explicó que la investigación derivó en la obtención de un
producto que mantiene las características de la fruta fresca, como la textura y
el color, lo que la hace diferente de la conocida fruta deshidratada. “Hemos
estudiado el tiempo adecuado de secado, el espesor de la lámina, la velocidad
del aire de secado. La gran ventaja es que son productos sanos, no contienen
colorantes ni aditivos perjudiciales para la salud”, dice el entrevistado.
El producto es susceptible de recibir hierro u otros compuestos
vitamínicos para su enriquecimiento en función de una mejor nutrición de los
consumidores (niñas, niños y adolescentes), y también es posible su combinación
con otras frutas y/o verduras. Fuera de los compuestos vitamínicos, que son
opcionales, y el ácido cítrico para regular el pH del producto, no se utiliza
conservantes u otros compuestos químicos, y el producto puede durar hasta seis
meses antes de su consumo.
Los ingenieros trabajaron en equipos construidos y
diseñados a escala laboratorio, eso les permitió calcular matemáticamente cada
una de las fases del proceso para proponer el diseño de los equipos a escala
industrial. El trabajo no ingresó en los estudios de costos de producción u
operativos para pensar en poner precio a los productos.
El ingeniero Montalvo explicó que el objetivo inicial del
proyecto fue el de contribuir a mejorar la salud pública, cuidando la salud
desde los primeros años de las personas. “La seguridad alimentaria tiene dos
pilares: la cantidad de alimentos y la calidad de alimentos. Si ahora podemos
consumir muchos alimentos pero la gran mayoría están contaminados, con esto
garantizamos de que el producto sea inocuo y que tenga los nutrientes que
necesita el organismo”, comentó.
El proyecto de Montalvo y Pérez fue reconocido con una mención
de honor dentro del área de transformación industrial y manufacturera en la
segunda versión del Premio Plurinacional de Ciencia y Tecnología 2015, convocada
por el Viceministerio de Ciencia y Tecnología del Ministerio de Educación. El
Premio está pensado como "un reconocimiento a investigadores y tecnólogos cuyos
resultados sean de impacto, desarrollo y fortalecimiento de la ciencia y
tecnología en beneficio de sectores sociales y productivos del Estado
Plurinacional".
Del total de proyectos presentados, fueron seleccionados 32,
los que estuvieron en exposición en una feria el 30 de noviembre al 1 de
diciembre, en ocho áreas de competencia: Salud, Desarrollo Agropecuario,
Transformación Industrial y Manufacturera; Saberes Locales y Conocimientos
Ancestrales; Recursos Naturales, Medio Ambiente y Biodiversidad; Energías,
Minería y Tecnologías de Información y Comunicación.// PIEB.com.bo
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