Docentes de la UMSA admiten ser plagiadores

UMSA La Paz, Bolivia

El periódico “Enfoque universitario”, elaborado por estudiantes de Comunicación Social de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), denunció a través de un reportaje casos de plagio por parte de algunos docentes de casas de estudio superior estatal.

La publicación presenta un sondeo de opinión a estudiantes de la UMSA y el mismo se indica que el 90 por ciento de los consultados admitieron que alguna vez incurrieron en el plagio.

Los universitarios indicaron que la aparición de fuentes en Internet les incitó a realizar trabajos de manera más fácil, rápido y con el menor esfuerzo, lo cual implicaría de algún modo plagiar algún material. Sin embargo, los consultados afirmaron que no son los únicos que recurren a estas acciones ilegales porque “también lo hacen los docentes”.

La versión en contra de los docentes fue corroborada en el periódico con cuatro casos específicos, en los cuales los catedráticos de la Universidad Mayor de San Andrés habrían incurrido en el delito.

En una primera ocasión citan el libro “Un estilo didáctico muy propio”, cuyo autor es el docente de la carrera de Comunicación Social de la Umsa, Ryder Chuquimia, quien al ser consultado sobre la falta que habría cometido, dijo que era “imposible, absolutamente falso”.

“En su libro Diseño del proyecto y desarrollo de la actividad investigativa científica (2005) se encontró indicios de usurpación de ideas”, afirma el reporte del periódico universitario.

La publicación indica que el cuestionado libro contiene párrafos idénticos e íntegros plagiados del texto “Introducción a la metodología de las investigaciones sociales” (1994), de los autores cubanos Francisco Rodríguez, Irina Barrios y María Fuentes.

Un segundo caso expuesto en la publicación se remite a la denuncia que hizo Gabriela Sotomayor, ex directora de Comunicación Social de la UMSA, en contra del postulante a docente Cimar Chacón, y en el proceso se demostró que el acusado plagió para uno de sus escritos de cinco libros diferentes y dos ensayos.

Pese a estas objeciones, Chacón consiguió ser docente universitario, aunque no en la UMSA, sino en la Universidad Pública de El Alto (UPEA), donde incluso fue director de la carrera de Comunicación Social a principio de la presente gestión.

Luego, al ser denunciado por sus plagios, Chacón en defensa argumentó que en todo caso “el autor verdadero del libro ya había fallecido”.

El caso llegó hasta el Ministerio de Culturas que dio lugar a la acusación certificando el plagio.

El tercer ejemplo citado en el extenso y detallado reportaje señala a la docente Mirta Martínez, quien además de plagiar en su libro “Orígenes, formación y evolución de la lengua castellana” (2006), habría forzado a la compra de “su obra” a sus estudiantes universitarios. Y ahora, la cuestionada estaría por sacar una segunda edición de la misma.

A Martínez la acusan de haber copiado para su libro de sitios Web institucionales de la Asociación de Periodistas Hispanohablantes en Bulgaria, Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América latina, Alarde y Español sin Fronteras.

La docente reconoció parte de la acusación por no hacer citas. “Ese fue error mío, porque no hice una cita general”; no obstante indicó que en tema de historia no hay nada nuevo. Es más, pidió a sus colegas no cometer el error y enseñar la correcta utilización de las citas: referenciales, textuales, bibliográficas y demás.

Otro caso revelado, que se cita en Enfoque Universitario, es uno registrado en 1995 en la Gaceta Médica de la Paz, donde se publicaron poemas. Uno titulaba “En mi país, firmado por Joaquín Vásquez. Días después, Said Villavicencio, docente de la carrera de Comunicación de la Umsa, denunció el plagio, porque el escrito correspondería a un texto de su autoría: “Sembrando mañanas”.

Esta situación muestra parte de la capacidad productiva de algunos “educadores” de los futuros profesionales.

Opinión

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