Un boliviano fabricó una casa ecológica en un desierto chileno

Fue un sueño hecho realidad. En busca de una existencia más natural y que ayudara a preservar el medio ambiente, el boliviano Ruddy Viscarra renunció a la vida cómoda y convencional de la ciudad para habitar en medio de un desierto chileno, junto a su esposa y sus dos hijos.

En un terreno de 35.000 hectáreas, resalta una vivienda tipo iglú en un paisaje árido y agreste de la comunidad chilena de Quilitapia en la IV Región, a más de 400 kilómetros al norte de Santiago.

Fue un anhelo que comenzó en 2005 y que cinco años después se convirtió en una casa ecológica.

Se trata de un domo geodésico hecho con materiales reciclados, que una sola persona puede fabricar y armar en tres días.

El techo se cubre con tejas asfálticas negras que se acomodan a la forma esférica de la superficie, también hecha a mano.

El sistema eléctrico es un híbrido entre la energía solar y eólica. En un día puede llegar a generar 1.800 vatios, es decir, cuatro horas de televisión, 15 minutos de microondas, dos horas de música en una radio o 15 minutos de aspiradora, entre otros.

La ducha se calienta con la energía solar térmica y un calefón de barro que funciona con leña durante el invierno.

Y el baño se conecta a un biodigestor que obtiene gas metano de los desechos sólidos, para ocuparlo en la generación eléctrica en la calefacción.

El agua se extrae de un pozo de diez metros de profundidad, mediante una bomba que funciona con energía solar.

Así, al día se obtienen hasta 3.000 litros que se usan para el consumo personal y para el riego de las hortalizas del invernadero orgánico de 500 metros cuadrados.

Allí la naturaleza les brinda melones españoles, tomates locales, sandías, zanahorias, choclos, papas, caihiua boliviana, lechugas, acelgas, coliflores y frutillas. La tierra se fertiliza con estiércol de lombriz californiana.

Además, la casa fue diseñada pensando en las condiciones sísmicas del lugar. “Soporta grandes remezones y vientos huracanados. La gravedad se distribuye uniformemente en toda la estructura, logrando así una firmeza impresionante”, explica Viscarra.

Una vez instalado en el lugar, comenzó a trabajar en casa de Roberto Román, especialista en energías renovables, con quien inicialmente diseñaron un horno solar donde cocinaron de todo.

Posteriormente, Viscarra diseñó y fabricó el generador eólico de eje vertical, con el objetivo de obtener energía eléctrica del viento. Con este proyecto ganó un concurso regional entre universidades del norte en 2010.

El principio de la historia

La rutina y la presión del trabajo en Santiago acabaron con la tranquilidad de Ruddy Viscarra, hijo del fallecido periodista del mismo nombre. Entonces, encontró suficientes razones para cambiar completamente su estilo de vida.

Se deshizo de casi todo. “Cuando fuimos a vender a la feria local aquellas cosas que no queríamos seguir teniendo, como el microondas, mis ternos y esculturas, me deshice del estatus ganado en más de diez años como ingeniero electrónico”, relata Viscarra. “Fue un acto de renuncia al estatus que la sociedad te obliga a mantener”, agrega. A partir de ese momento, inició la búsqueda de una comunidad chilena donde cumplir sus sueños.

Llegaron a un lugar en medio de cerros secos, con un calor inclemente y sin agua a disposición. Sin embargo, estas condiciones no desalentaron su proyecto.

“La gente de la comunidad era muy amorosa, pero en aquel momento no me quedaba muy claro de qué manera podía encajar con mi familia en el lugar. Me preguntaba, ¿de qué voy a vivir?”, relata el boliviano.

Poco a poco comenzaron a integrarse a la comunidad rural, transmitiendo conocimientos citadinos y aprendiendo a llevar una vida “casi autosostenible”, con gente que cría cabras, ovejas y gallinas, hace queso y planta trigo para comer.

En Quilitapia las personas se conocen entre sí, comparten actividades de caza y disfrutan de las fiestas.“Las satisfacciones de esta forma de vida tienen que ver principalmente con la tranquilidad de vivir y desarrollarte en la actividad que más te gusta”, afirma.

Sin embargo, también confiesa que de la ciudad extraña la cercanía del comercio, la diversidad de productos y el conseguir repuestos e insumos a precios bajos. Ahora todo lo que necesita lo adquiere por ofertas de internet y esto lo asume con el mejor ánimo.

El tiempo pasó casi desapercibido desde que iniciaron esta aventura en el vecino país. Ruddy Viscarra hoy lleva una vida confortable junto a su familia, sabiendo que su contribución al medio ambiente es mucho más valiosa que una vida cómoda en la ciudad.

Beneficios de la casa

Energía Se puede tener acceso a la energía eléctrica en zonas donde no hay disponibilidad de ésta.

Ahorro Permite el ahorro sustancial en la cuenta del consumo de energía eléctrica.

Fauna Por su volumen y forma, los pájaros perciben el generador de energía eólica y no se estrellan con las aspas.

Contaminación Se trata de energía no contaminante que puede liberar de carga al sistema eléctrico nacional.

Ubicación Se encuentra en Quilitapia, Chile.// Página Siete

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